La Xbox One de Microsoft no quiere ser una nueva consola, quiere ser más. El «todo en uno» del entretenimiento. No fue la Xbox 720, ni la Xbox 3, ni la Xbox Infinity. Contra todo pronóstico, la firma estadounidense desplegó ayer sobre la mesa en Los Ángeles un dispositivo bautizado como Xbox One, una máquina que, además de ser el centro del juego, aspira a convertirse, con su nuevo diseño y sus nuevas posibilidades, en el cerebro de los salones de unos usuarios que cada vez tiene más tecnología a su alcance y más contenidos dispersos en la nube. Videojuegos, Internet, llamadas, televisión... todo eso y mucho más es Xbox One, aunque en la presentación de una hora de este martes lo que más sorprendió fue su capacidad de respuesta y la facilidad con la que combina esta experiencia multitarea. Xbox One es capaz de reconocer la voz del usuario y permite navegar por sus menús, cambiar de canales y activar contenidos simplemente a través del habla. Además, incluye Skype para videoconferencias. La nueva Xbox One multiplica por ocho la potencia que disponía la Xbox 360 con una CPU de 8 núcleos, 8 GB de memoria RAM, 500 GB de disco duro interno, Blueray, Wifi, USB 3.0 y HDMI. Este reconocimiento de voz es una de las grandes novedades de la Xbox One. Tal es su integración que a través de sus palabras los usuarios podrán encender la consola, aunque se encuentre en modo reposo. Al decir «Xbox, On», la nueva consola de Microsoft comienza a funcionar. Los usuarios también podrán cambiar de esta forma de una aplicación a otra e incluso se podrá minimizar una película o un vídeo con un gesto de la mano para trasladarla a una ventana más pequeña. La nueva Xbox One es además completamente multitarea. Permite ejecutar vídeos, películas, juegos y música, todo a la vez. Además, incluye integración completa con Skype y ofrece novedades en SmartGlass, mejorando su integración con dispositivos móviles. El periférico Kinect, el clásico mandode la Xbox, rediseñado para responder mejor a la voz y los movimientos del usuario, cobrará más protagonismo con Xbox One, aunque seguirá siendo un dispositivo independiente que se venderá junto con la consola. El mando de control tradicional también ha sido remodelado para responder a las características del dispositivo, lo mismo que la plataforma en red Xbox Live. El Xbox Kinect es ahora, además de más estilizado, capaz de reconocer más gestos y el usuario podrá siempre regresar al menú principal, que toma el aspecto de la última generación de Windows, simulando que se sujeta la pantalla con dos manos y con un movimiento de abrir y cerrar, que equivale a la función de zoom. Se trata de un dispositivo más preciso, más intuitivo y más sensible. Funciona bajo prácticamente cualquier iluminación, reconoce con precisión el movimiento incluso, hasta un ligero giro de la muñeca y distingue la voz incluso en una habitación con mucho ruido, empleando un avanzado sistema de aislamiento de sonido. Por su parte el mando de la Xbox One ha sido actualizado con más de 40 innovaciones tecnológicas y de diseño. Con una cruceta, stick y forma mejorados, el control y la precisión se han incrementado en gran medida, según la compañía, gracias a los nuevos gatillos de impulsos con vibración. El mando Inalámbrico Xbox One está diseñado para funcionar en sintonía con el nuevo Kinect, lo que permite a ambos estar emparejados para crear una sincronización perfecta de los jugadores.
En la Xbox One también se podrá disfrutar de los juegos de la desarrolladora Electronic Arts pero con una considerable mejora en cuanto a calidad gráfica, ya que funcionan cuatro veces más rápidos en la nueva consola que en Xbox 360, junto con mejores animaciones. Las sagas FIFA o NBA son algunos de los títulos con los que contará Xbox One. Eso sí, Microsoft ha confirmado una de las informaciones que se llevan rumoreando durante estos últimos meses: la nueva Xbox Oneno ofrece retrocompatiblidad con los juegos de Xbox 360. El motivo, la nueva arquitectura de la consola, basada en x86. Microsoft ha aprovechado además el evento para anunciar que la saga Halo saltará del mundo del videojuego para convertirse en una serie de televisión desarrollada por Steven Spielberg.La Xbox One sucederá a la Xbox 360, que Microsoft lanzó a finales del 2005 y que será sustituida después de haberse vendido 77 millones de unidades. Mike Hickey, analista de National Alliance Securities, especializado en el mercado de los videojuegos, cree que el éxito de la Xbox One en realidad dependerá de su capacidad de ofrecer una amplia gama de entretenimiento digital, y «contenido más allá de los juegos solamente, para crear un valor añadido tanto para los jugadores, como para los no jugadores de su Xbox Live». Este servicio en línea, que se atribuye 46 millones de miembros, permite acceder a videojuegos, pero también a música y video por intermedio de la Xbox. Así, crea una especie de ecosistema en torno a la consola que recuerda lo que hizo Apple para sus dispositivos móviles con sus tiendas iTunes y AppStore, o la estrategia de Google en torno a los productos que utilizan su sistema operativo para dispositivos móviles Android. «Para Microsoft, la competencia es Apple y Google» más que Nintendo y Sony, asegura Hickey.
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