Además de ser deliciosas, la fresas poseen grandes cantidades de elementos muy necesarios para nuestra salud ya que esta fruta es un antioxidante, diurética y hasta contribuyen a la salud dental. Conoce cuáles son los beneficios de incorporarla en tu alimentación:
Tienen pocas calorías: Esta fruta tiene pocas calorías pero es muy rica en nutrientes. En su composición encontramos mayoritariamente agua, seguida de hidratos de carbono (fructosa, glucosa y xilitol) y fibra.
Para la vista: Al poseer betacaroteno, son un beneficio entre otras cosas para la salud ocular. A esto se suma el contenido de pigmentos como la luteína y la zeaxantina, importantes para la salud ocular, que resultan beneficiosos en casos de degeneración macular asociada a la edad, por ejemplo.
"Antienvejecimiento": Las fresas contienen también flavonoides, que son pigmentos vegetales con una importante función antioxidante y antienvejecimiento. Dicho efecto antioxidante se debe a la composición de las fresas y principalmente a su alto contenido en vitamina.
Tienen vitaminas y minerales: Entre las vitaminas que contienen las fresas la más abundante es la C, que además mejora la absorción del hierro de los alimentos, por lo que es útil en casos de anemia. También son ricas en vitamina E y betacarotenos, mientras que el potasio constituye el mineral mayoritario. Las fresas tienen ácidos orgánicos como el salicílico, el málico y el oxálico.C.
Son buenas para los dientes: Las fresas poseen el componente xilitol que favorece la salud bucodental. Además de combatir la placa dental, el xilitol de las fresas inhibe la desmineralización que se produce por la disminución del PH de la boca y que tiene como consecuencia el desgaste del esmalte dental. Este desgaste nos hace más vulnerables a la caries.
Son versátiles: Pueden tomarse de postre, para merendar, en forma de batido o como parte de guarniciones y ensaladas. Son una sana alternativa a los dulces.
Para embarazadas: Como tienen ácido fólico son recomendables para consumir durante o antes del embarazo. Este componente es imprescindible para la división y proliferación celular y clave en la prevención de la espina bífida. Así, las mujeres en edad fértil y las embarazadas deben asegurar su ingesta.